miércoles, 29 de septiembre de 2010

San Jerónimo

Tenía, al parecer, San Jerónimo, un genio malo; pero no era de los que descargan su mal genio contra cualquiera que les lleve la contraria. Sobre todo le irritaban sus propios pecados y los excesos de los ricos. Se podría decir que en eso no era condescendiente.
Para librarse de todo eso -de su mal genio, de sus pecados y de los excesos de los ricos- se bautizó y se fue al desierto.
¿Qué se puede hacer en el desierto de Calcis, al sur de Alepo? Si uno sabe griego, puede perfeccionarlo allí. También puede estudiar hebreo.
Eso hizo san Jerónimo en el desierto de Calcis, al sur de Alepo. Fueron diez años de soledad, de estudio y de oración. Y entonces se fue a Roma y trabajó como secretario del Papa san Dámaso durante tres años, hasta la muerte del Papa el año 385. Fue san Dámaso quien le encargó la nueva traducción latina de la Biblia que se conocería como Vulgata.
Al año siguiente (386) se fue a Belén. Tenía unos cuarenta años y pasó allí el resto de su vida, hasta los setenta años.
¿Qué hizo allí? Pues cumplir el encargo del Papa. Puede decirse que dedicó lo mejor de su vida a cumplir con un encargo del Papa san Dámaso y que, haciendo eso, se reveló lo mejor de su genio.
Estaba enamorado de la Sagrada Escritura porque estaba enamorado de Cristo a quien encontraba en la Sagrada Escritura. Y contagió su locura a otros. Les decía: Tratemos de aprender en la tierra las verdades cuya consistencia permanecerá también en el Cielo.

2 comentarios:

  1. Hola. ¿Lograría librarse del mal genio? o ¿descubriría que esas cosas se desvanecen en la tierra y tras la muerte ya no permanecen?. Gracias.

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  2. Creo que Dios se vale todo cuanto hay en nosotros para hacer obras grandes en nosotros, gracias una vez más me ayuda un saludo en Cristo Jesús

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